lunes, 9 de abril de 2007

BAFICI 9: From Outer Space

Es así nomás. Un Bafici de otro planeta. Básicamente por la presencia del enorme Nacho Vegas. Un tipo a quien la ironía posmoderna se la trae bien floja. Un tipo que no tiene drama en abrirse las venas para nosotros y tratar de echar alguna luz sobre la jodienda que es vivir (como dice en "Mark Spitz"). Un tipo que decidió hacer canción una vida complicada y de paso se cargó la mediocridad de "consagrados" como Joaquín Sabina y Enrique Bunbury. Ni siquiera el haberse juntado con ese híbrido barato de Jim Morrison y Raphael puede empañar una carrera tan pura, tan perfecta.

El viernes 6, tuve el privilegio de presenciar el emotivo show que dio en las paquetísimas instalaciones de Harrods. Bastante gente. Fanáticos, curiosos y muchos, muchas figuritas y figurones que estaban ahí (estaban?) simplemente porque ese es el Meeting Point del festival y hay que poner la carita, tomarse una copita y de algo hay que hablar. En fin...lo siento por ellos. De todas maneras, su constante murmullo no logró empañar un show sentido a dos guitarras (aunque Xel Pereda - su coequiper - alternó también con un banjo y una mandolina) que nos paseó por sus tres últimos discos y que me dejó con las ganas de escuchar algún tema de "Actos Inexplicables", su debut en solitario. Nacho, sos un grande. Como bien dicen por ahí, en unos años quizá tengamos que soportar tributos. Sería terrible.

Ese fue el highlight pero no me olvido de que este es un festival de cine y de eso voy a hablar. Este año quise controlarme, dije que no iba a cometer la locura de programarme cuatro películas para un día. Lo admito: a veces no tengo control. Resultado: ya le bajé el pulgar a Better Off In Bed. Era el sábado 7 a las 12:30 y tenía sueño. Me jodo porque pintaba buena la peli. Básicamente seguía la rotation de los New Pornographers y la banda de las novias de algunos de sus integrantes, las Gay. De todas maneras, traté de autoconvencerme diciéndome que en realidad no soy un gran fan de los canadienses. Ahí el capo es Dan Bejar y su rol es mínimo. Para eso están los discos de Destroyer.

El asunto había comenzado el jueves 5. The U.S. Vs. John Lennon , tal el nombre del documental. Interesante pero no muy revelador. Nada que cualquier ser viviente interesado en los Beatles y su devenir no sepa ya. En general, la mirada estaba bastante filtrada por la viudita. No importa. Yoko Ono, yo te banco. Seguí el sábado con un bodrio terminal, la increíble Nightmare Detective, film que no hace otra cosa que evidenciar que el cine de terror nipón se acerca a un triste callejón sin salida. Pero esta se pasa! Un guión pésimo, mal actuada, peor resuelta. Fue un martirio. Una película que se propone de terror y da risa, en algo falla. Lo más triste es que el proyeccionista del Atlas Santa Fe estaba de partuza y se ve que mucho no se interesaba en si la película estaba en foco. En fin...un bochorno. Por suerte, la cosa mejoró en la trasnoche con el querido Kiyoshi Kurosawa y su Retribution (2006). Una de fantasmas pero con un guión decente, que me hizo saltar un par de veces y con un par de escenas de antología: una de ellas, el fantasma aplastando a un policía curioso en una palangana de agua. Ver para creer.

La puntería terminó de levantar el Domingo 8 con dos películas memorables. De todas maneras, el comienzo de la tarde no fue auspicioso. Le tenía fe a Falkenberg´s Farewell. Pero defraudó. La película podría ser la Last Days (de Gus Van Sant, sobre la ficcionalización de los últimos días de Kurt Cobain) sueca, pero sin una figura legendaria cuyo martirio mostrar. Típica historia de adolescentes que deben abandonar su pueblo en pos de un progreso en la ciudad aunque, ay, uno de ellos nunca llega a hacerlo. Un problema del film es que los personajes no me parecieron interesantes. Otro es que las películas que se dedican a crear un clima, en detrimento de una historia hecha y derecha, corren el riesgo de no tocar esa fibra de empatía que hace que caigamos bajo su encanto. Este fue el caso. Mostrar arbolitos, el pastito y un sinfín de diálogos abúlicos no es suficiente per se. Hay que darle algo de sustancia al asunto y después de Last Days y de tantas otras películas en esta onda, el asunto ya empieza a oler rancio. Otra nota amarga la dio el muchacho del proyector que aparentemente seguía con resaca. Atlas Santa Fe, teléfono!

Con lo cual llego a lo que más me interesó hasta ahora:

- Liv: una historia mínima sobre una madre a quien no se le ocurre mejor idea que llevar a su última conquista a compartir la cena navideña. La hija adolescente no tarda en empezar a competir por la atención del recién llegado y las cosas comienzan a desmadrarse sin retorno. Claramente, una familia con algunos problemas de límites. La película logra en tan solo una hora, plasmar una tensión que va in crescendo. El aire se corta con un cuchillo y el final llega como un alivio. Economía de recursos, una casa en la que transcurre toda la acción, la opresión de la puesta en escena; todo contribuye a redondear una de las sorpresas del festival.

- Reprise: decían en el Sin Aliento (el diario del Bafici) que era una especie de hija de Trainspotting y de Corre Lola Corre. No estoy de acuerdo. Si sobreimprimir el nombre de los personajes en pantalla y narrar algunos fragmentos a ritmo vertiginoso te hace hija de esas dos películas, creo que habría que pedir urgente un ADN. Esta es la historia de dos amigos que dan sus primeros pasos en la literatura. En principio a uno le va bien y luego muy mal y el otro la va remando de abajo. La forma en que está expuesta la historia es muy original con cambios de ritmo y de color, avances y retrocesos para explicar la historia en común de los dos escritores y su grupo de amigos. También asistimos a una enfermiza historia de amor y al cariño de los dos muchachos por un escritor olvidado. La banda de sonido es genial: con una secuencia de apertura a cargo de Joy Division, también nos entrega dosis de New Order, The Jam y el punk funk exaltado de Le Tigre para musicalizar una fiesta fuera de control. Lo bueno de la película es que el director transmite en imágenes como se va desarrollando el proceso creativo literario. Así arranca con un esbozo de lo que la historia podría ser para luego descartarlo en favor de otra línea narrativa que es la que sigue la película. El final llega en una nota ambigua que juega también con esa indecisión. Notable película del director Joachim Trier.

Sigue ahora una semana tranquila y un nuevo fin de semana enfermizo que resumiré en algún próximo posteo.

Hasta pronto!