sábado, 26 de mayo de 2007

Los 80 Que No Miramos















- Blue Orchids, The Greatest Hit (Money Mountain) (1982): Mark E. Smith es un tipo jodido. Como explicar sino que ni bien editado el disco debut de The Fall, Live At Witch Trials, dos de sus integrantes fundamentales hayan decidido abandonar el barco? Esto es lo que sucedió con Martin Bramah y Una Baines, respectivamente el guitarrista y la tecladista de la seminal agrupación de Manchester; quienes hartos del clima dictatorial impuesto por Mr. Smith, deciden crear una nueva banda: Blue Orchids. Los lazos con The Fall son claros: guitarras fracturadas y chirriantes, una base machacante, lírica obtusa, recitada en muchos casos. Pero lo que los diferencia claramente es la omnipresencia de un órgano psicótico que guía las melodías a través de ácidas digresiones. Su original propuesta terminaría de cuadrar en el disco referido en el título. En este álbum no solo nos refugiamos en los oscuros recovecos del post-punk más ignorado; también podemos saborear las mieles del pop más amable, presente en la melancolía acústica de Bad Education, uno de sus temas más destacados.


















- Opal, Happy Nightmare Baby (1987): Para aquellos que nos enamoramos de Fade Into You, aquella lánguida y oscura balada de Mazzy Star entonada por una etérea Hope Sandoval, se convirtió en una obsesión seguir los pasos previos del mentor de la banda: David Roback. Así, rastreamos el linaje de sus guitarras en el origen de Rain Parade, una banda que plasmó su amor por los Byrds y por Neil Young en un par de discos memorables que se convirtieron, de paso, en una influencia cabal de los Stone Roses y del Primal Scream de Sonic Flower Groove. El siguiente proyecto de Roback fue Opal, una banda con una propuesta radicalmente diferente a la dulzura colgada de su antecesora. Y si bien, el cuelgue persiste como una pátina psicodélica que lo cubre todo, los climas son más sombríos, las guitarras se inflaman en distorsión y los ritmos derivan en una nube de humo narcótico. Sacaron un único disco, Happy Nightmare Baby, que pasó sin pena ni gloria. Su compilado de Early Recordings corrió igual suerte. El resto, Mazzy Star y el éxito son historia conocida.


















- The Sound, From The Lion´s Mouth (1981): Otra historia de perdedores. Una banda criminalmente olvidada. A mitad de camino entre la angustia de Joy Division y la oscuridad gloriosa de Echo & The Bunnymen, The Sound cultivaba inquietantes atmósferas y climas crepusculares, articulando la tensión de sus guitarras cristalinas con sus teclados brillantes: un intento por abrir el espectro sonoro que los emparentaba con bandas clave como Magazine y su prog-punk. Líricamente eran cosa seria: imágenes opresivas, angustia existencial, poesía maldita. Los ingredientes estaban ahí pero les faltó ese plus de suerte necesaria. From The Lion´s Mouth es el disco clave en una discografía que nunca toca terrenos resbaladizos. El triste arco evolutivo de la banda terminó en 1999 con el suicidio de Adrian Borland - su líder -, un tipo que llegaría a producir Me And a Monkey on The Moon, el último y mejor disco de Felt. El resurgimiento del post punk al que asistimos los últimos dos años, permite poner en perspectiva la importancia de bandas como The Sound. Muchas de las nuevas y exitosas bandas que profanaron las tumbas de aquellos grupos olvidados no son sino una cáscara vacía que palidece de vergüenza ante la sustancia original.